Por lo general, quienes acuden a psicoterapia, son personas que padecen de alguna enfermedad mental, o que están en sufrimiento. Sin embargo, acudir a un terapeuta es mucho más que eso. Realizar un proceso terapéutico puede ayudar en distintos ámbitos; desarrollo personal, cómo relacionarnos con otros, transformar hábitos, crear conciencia, etc. Comencé a ir a terapia cuando mi depresión llegó a su punto límite, donde comienzan los pensamientos suicidas. Claro, asistí por una enfermedad mental, pero en el largo plazo, me encontré con que no solamente había sanado mi enfermedad, sino que también había desarrollado múltiples habilidades y herramientas para la vida. Con la enfermedad estaba teniendo serios problemas; pérdida de memoria, falta severa de concentración y energía, desmotivación, aislamiento social, pensamientos suicidas. Me sentía inútil, ya que no tenía fuerza para nada. Nacemos, crecemos, nos desarrollamos, envejecemos, morimos. Un simple pero complejo ciclo humano. El escenario de la vida viene algo armado; familia, cultura, pasado. Nosotros, los actores, subimos al escenario y comenzamos a experimentar los procesos de la vida. Existen experiencias de todo tipo, algunas más complejas o dolorosas que otras, pero siempre estamos avanzando y formándonos a través de la experiencia. Quise asistir de pequeño a terapia cuando comencé a darme cuenta que tenía dificultades para llevar una vida “normal”, como mis otros pares. Lamentablemente, los estigmas sociales impidieron que finalmente pudiera asistir. A mis 22 años, he comenzado a vivir con una sanidad mental que nunca creí que iba a llegar a tener. Construí herramientas, recuperé mis habilidades cognitivas, y me desarrollé de una forma tal, que gracias al autoconocimiento que adquirí en Lazos y Nexos, puedo enfrentar las dificultades que se presentan en la vida. Finalmente, terapia no es sólo para personas que padecen alguna enfermedad mental o que estén “tocando fondo”. Es para todo aquel que necesite ayuda frente a alguna problemática que esté viviendo, o que simplemente busque su crecimiento y desarrollo personal. Agradecimiento especial a Caroll Bergenfreid, quien brindó toda su comprensión y apoyo para poder desarrollarme como persona y sanar mi enfermedad mental. Sin ella, no habría podido llegar a los grandes logros que estoy obteniendo en mi vida personal.
Nicolás Psicoterapia; una palabra con desentimientos.
Cuando tu vida parece ir en el sentido equivocado, ya sea por circunstancias o por decisiones propias, es difícil aceptarlo y salir de ello. A mí me costó llegar a una terapia, pensaba en un inicio que no serviría de nada o que mi vida se arreglaría para siempre mágicamente, lo que no esperaba era encontrarme con las herramientas para enfrentar distintos momentos de mi vida y cuando una se atreve a salir de la zona protegida, con todo lo que ello implica, las ganancias son inmensas, el aprendizaje es para siempre. Dar el paso es difícil, pero gracias a la orientación y ayuda de una gran profesional, comprometida con su trabajo, pude conocerme, valorarme, quererme y darme cuenta que algunas actitudes antiguas, que en su momento me sirvieron, ya no me dejaban contenta. Siempre habrán circunstancias que nos generen distintas emociones, pero al tener las herramientas puedes estar más cerca de lo que realmente quieres para ti misma.
Rocío.
Las terapias con Belén fueron bastante gratas y de mucha ayuda. La dinámica de cada sesión lograba generar un ambiente relajado e ideal para sentirse a gusto, facilitando la apertura personal para compartir pensamientos, vivencias y emociones que, sin saberlo, me mostraron aspectos que no había considerado de mí mismo. Creo firmemente que, en este tipo de instancias, es fundamental sentir una confianza amplia para contribuir de manera correcta a la evolución del de trabajo en equipo. Con la forma de trabajo de Belén, pude sentir eso y muchas otras sensaciones que hicieron de esto un proceso bastante emotivo y significativo. Por lo expuesto anteriormente, guardo gran cariño a Belén y a los procesos internos logrados tras todas las sesiones, ya que me entregaron herramientas que hoy me sirven como persona y músico.
Javier.
“La psicoterapia fue la última de nuestras opciones. No estábamos seguros de pedir ayuda profesional porque creíamos que lo podríamos resolver por nuestra propia cuenta. Cuando ya notamos que cada vez estábamos más separados y que a penas nos dirigíamos la palabra decidimos acudir a un psicólogo de parejas. No sabíamos ni cómo comenzar a hablar de lo que nos pasaba porque ya apenas nos soportábamos, sin embargo con la ayuda de un psicólogo empezamos a hablar sin agredirnos y a tener cada vez mejores formas de comunicarnos. Comenzamos a expresar lo que nos pasaba y sentíamos, aprendimos a transar y a llegar a consensos haciendo que nuestra relación mejorara en un 100%”
Una pareja rehabilitada.
“Gracias a la terapia me reencontré con mi pareja de años de una forma que no pensé que volvería ocurrir. Por más que llevábamos años de relación, volver a escucharlo y poder entender sus miedos, angustias y anhelos, me permitió ser más empática a la hora de la Necesaria comunicación de pareja”
Rodrigo y Alejandra.
“Mi señora y yo tuvimos quiebres importantes a lo largo de nuestra relación que dejaron huellas difíciles de borrar. Con la terapia aprendimos a aceptarnos con nuestros errores y a dejar de recriminarnos por lo que hemos hecho mal. Sabemos que nos equivocamos y que nos equivocaremos y nos aceptamos fuera de las expectativas. Eso no lo hubiésemos logrado sin la ayuda de un profesional que nos guió y ayudó a expresarnos en todo momento”
Mario y Camila