Estamos en presencia de una crisis cuando los problemas y dificultades se vuelven “evidentes” y generan sufrimiento y/o disconformidad en uno o ambos miembros de la pareja. Estas crisis pueden hacernos pensar que la única opción es la separación, pero no necesariamente debe ser así, puede ser una oportunidad de crecimiento y evolución en la pareja. El sufrimiento y/o disconformidad puede desencadenarse en diversas situaciones, algunas de ellas pueden ser:
- Cuando hay falta de confianza, empatía, incomprensión del otro, desconexión emocional en la pareja
- Sentimientos de soledad estando en pareja, sentirse poco amado/a
- Dificultades en el ámbito sexual
- Problemas de comunicación
- Violencia psicológica o física
- Falta de proyección hacia el futuro como pareja
- Códigos de convivencia poco claros
- Dependencia emocional
- Faltas a la fidelidad como sexting, relaciones sexuales fuera de la pareja, etc
- Dificultades de pareja a propósito del deterioro de salud mental, por ejemplo estados depresivos, estrés, ansiedad, Trastornos de la personalidad, entre otros.
- Falta de creencias o valores comunes
- Roles alterados dentro de la pareja, por ejemplo: “sentirse madre de la pareja más que su compañera”
- Pérdida de sentido de la pareja, por ejemplo: “no entender porqué estamos juntos, más bien permanecer unidos por inercia o costumbre”.
Es importante entender que una crisis de pareja nos replantea la necesidad de estar juntos, y por ende puede ser una gran oportunidad para reinventarse, sanar heridas y abrir paso a una relación distinta, más nutritiva y sana. Para conseguir esto la ayuda de un profesional psicólogo es clave, pues se ofrece un espacio de conversación respetuosa y equitativa, junto con la posibilidad de adquirir nuevas herramientas como pareja. En este camino es vital que ambos integrantes se sientan involucrados y comprometidos tanto a comunicarse como a intentar nuevas maneras de enfrentar su crisis. A partir del enfoque constructivista se buscarán nuevas formas de comunicación desde lo emocional, adquiriendo una mayor claridad de la relación actual. Es un trabajo en equipo, en donde tanto la pareja como el psicólogo descubrirán nuevas alternativas y perspectivas. Es importante tener en cuenta que el ritmo y temáticas a tratar deben ser cómodas para cada integrante, el psicólogo en este sentido es una persona flexible y disponible siempre tanto a guiar como a ser retroalimentado. Desde mi experiencia Clínica, noto que la terapia de pareja impulsa a que la relación tome ribetes más profundos, ambos integrantes pueden volver a conocerse y replantear su vínculo. Siempre es bueno acudir a psicoterapia de pareja, no es necesario llegar a experimentar estados de crisis, sino más bien ver este espacio como una oportunidad de crecimiento y prevención oportuna.
Psicóloga Clínica Javiera Caro Cortés